Mientras regresaba a la capital en la tarde de hoy, luego de viajar al interior del país para otorgar unos créditos productivos a miembros de la Cooperativa "Sí, somos socialistas: sí, somos autosuficientes, pero no podemos echar pa'lante sin plata", el Presidente Chávez se vio inmerso en un fuerte embotellamiento de tráfico, en el distribuidor Caucagua. La situación se agravó al descubrirse que su vehículo Tiuna no cuenta con aire acondicionado, por ser ese un lujo de capitalistas.
A medida que el termómetro pasaba la barrera de los 30 grados centígrados y despojado ya del chaleco antibalas, las dos chaquetas militares verde oliva, la franela roja y la guardacamisa Ovejita, el presidente no aguantó más, dijo "¡Fó, que caló, carajo! ¡Me va a salir violín!" y, en la búsqueda de algo para beber, se topó con un vendedor ambulante de "frías".
En palabras del propio Genaro Berroterán, vendedor ambulante de cerveza, "el Presidente me llamó y me preguntó en cuanto vendía las frías. Yo le respondí que barato, en 10 luquitas pero como era él, se las dejaba en siete si me compraba cuatro. Ahí mismo fue cuando se puso bruja, todo energúmeno, y me dijo que por personas como yo es que el país estaba como estaba, que era un especulador y un golpista y un envidioso y un maluco y le dijo a los edecanes que me expropiaran las birras. Expropió una pa' él y otro pa' Aristóbulo. ¿Y ahora quién me responde a mí, pana? Eso me cuesta real y trabajo" respondió el vendedor, mientras abría la cava de anime para mostrar la pérdida del inventario resultado de la expropiación presidencial.
Al ser consultado, el mayor Fuentes Cabral, miembro de Casa Presidencial y Edecán del primer mandatario, dijo que la denuncia parte de bases infundadas, por lo que sospecha que sea parte de un plan desestabilizador y golpista. "Al referido ciudadano le fue comunicado que la expropiación obedecía a razones de interés nacional y soberanía, y se le asignó un número con el cual podía ir al Ministerio de Finanzas adonde se le haría un avalúo de los bienes usufrutuados (sic), para establecer un precio justo que le será pagado por su bien y o servicio expropiado" confirmó el edecán. Berroterán dijo que sí, que algo de eso le habían dicho, pero que no entendió nada y que él lo que quería era que le dieran sus veinte bolívares para poder llevar comida para la casa.